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Comenzó la Semana de la dulzura: de qué se trata esta tradición y cuánto dura

La popular costumbre de regalar golosinas tiene un comienzo y un final definidos cada año; su origen, lejos del romanticismo, se remonta a una exitosa campaña de marketing de finales de los ochenta.

Cada mes de julio, una tradición no oficial se instala en la Argentina para modificar el pulso de los kioscos y afianzar lazos sociales: la Semana de la Dulzura. Se trata de un período en el cual el intercambio de chocolates, alfajores y caramelos se convierte en una excusa para una muestra de cariño entre amigos, parejas y familiares. Aunque no figura en el calendario de feriados, esta costumbre se arraigó con fuerza en el país y, con la llegada del invierno, resurge la pregunta sobre sus fechas exactas y su particular historia.

¿Cuándo es la Semana de la Dulzura 2025?

La celebración tiene una fecha fija en el calendario, independiente de los días de la semana en que caiga. La Semana de la Dulzura comenzó este martes 1° de julio y se extiende hasta el próximo lunes 7 de julio. Durante estos siete días, la consigna es simple: regalar una golosina a un ser querido como un gesto de afecto.

La participación en esta tradición no requiere más que la voluntad de agasajar a otra persona con un dulce. Es una oportunidad para fortalecer vínculos o simplemente tener un detalle con alguien del entorno personal o laboral.

Del festejo a todo un mes de promociones

Si bien el período tradicional abarca solo la primera semana del séptimo mes del año, el éxito comercial de la iniciativa impulsó su expansión. En la práctica, la costumbre se prolonga durante varias semanas más. Muchos comercios y consumidores adoptan el Mes de la Dulzura, lo que permite continuar con el intercambio de golosinas durante todo julio como pretexto para afianzar relaciones afectivas.

Cuál es el origen de la Semana de la Dulzura

La historia de esta celebración comenzó en 1989. No nació de un hecho histórico ni de una leyenda popular, sino de una necesidad comercial. Fue una iniciativa de la Asociación de Distribuidores de Golosinas (ADGyA) y de la empresa Arcor con el objetivo de potenciar las ventas en un contexto de alta inflación que afectaba el consumo. Las marcas del rubro alimenticio, en especial las de dulces, atravesaban una crisis y necesitaban una estrategia para revertir la tendencia.

Así surgió la campaña que instaló el lema “una golosina por un beso”, una consigna que con el tiempo cambió y se adaptó. La elección de la fecha no fue casual. Julio coincide con el invierno, la época del año en que se registra el pico máximo de consumo de este tipo de alimentos calóricos.

La primera edición de la Semana de la Dulzura cumplió su objetivo con creces. Según los registros de la época, las ventas de bocaditos, chocolates y otros dulces populares crecieron un 20 por ciento respecto de la tendencia anual. El éxito fue tal que la campaña se repitió en los años siguientes hasta quedar marcada en el imaginario colectivo como una fecha esperada por la industria y los consumidores.

Un alimento que se incorporó en los últimos años fue el alfajor, que se aparta de la tradición compuesta por caramelos, bombones y chocolates, pero representa una alternativa atractiva para quienes deseen regalar algo más sustancioso.