Aunque la presencia del pontífice era muy incierta y el Vaticano no lo había confirmado, finalmente, el papa Francisco apareció este domingo en el balcón del Vaticano, en silla de ruedas, para su tradicional bendición “Urbi et Orbi” y desear una «feliz Pascua» a los presentes. Esta fue la última aparición pública del papa, horas antes de morir.
Un mes después de que fuera dado de alta tras una larga hospitalización no llevaba una cánula de oxígeno, pero recurrió a un colaborador, que leyó su mensaje, en el que repasó los conflictos del mundo.

«Que el Cristo resucitado otorgue a Ucrania, devastada por la guerra, su regalo de Pascua de paz, y aliente a todas las partes involucradas a seguir esforzándose por lograr una paz justa y duradera», dijo el colaborador.
El pontífice defendió la libertad religiosa y de pensamiento. También expresó su preocupación por el creciente antisemitismo alrededor del mundo y denunció la crisis en Medio Oriente.

Tras el discurso recorrió por sorpresa la plaza de San Pedro en el papamóvil y bendijo algunos bebés. Unas 35.000 personas aguardaban con la expectativa de ver al papa en la Plaza de San Pedro.
Este lunes de madrugada, Francisco murió a los 88 años.
