La respuesta del presidente Donald Trump a la creciente ola de antisemitismo en los campus universitarios bajo su predecesor fue simple.Deportarlos.
La semana pasada, Trump firmó una orden ejecutiva dirigida específicamente contra el antisemitismo en los campus universitarios. Ordena la cancelación de las visas de estudiante para los estudiantes no ciudadanos que participen en protestas a favor de Hamas o que se considere que apoyan al grupo terrorista respaldado por Irán.
La orden también ordena al Departamento de Justicia que procese a las personas involucradas en actividades antisemitas y pide la expulsión de los estudiantes y el personal extranjeros involucrados en tales acciones.

Ahora, una nueva encuesta de The Economist/YouGov revela que el 43% de los estadounidenses respaldan su postura de línea dura. De los 1.604 ciudadanos adultos estadounidenses encuestados entre el 2 y el 4 de febrero, el 35% se opone rotundamente, y el 21% restante no está seguro de cuál es su posición.
Entre las afiliaciones políticas, el 71% de los republicanos apoya la deportación de los acusados de antisemitismo, mientras que solo el 20% de los demócratas está de acuerdo con la medida.

Pero la presión de Trump contra el antisemitismo no es la única medida controvertida que llama la atención.
Su impulso para disolver el Departamento de Educación y la inesperada decisión de cambiar el nombre del Golfo de México han tenido un gran éxito entre los votantes, uniéndose a su propuesta de arancel del 25% a las importaciones mexicanas y canadienses. Con los votantes eligiendo a Trump para arreglar la economía, solo el 33% de los estadounidenses apoya la medida, y un sorprendente 70% cree que tales aranceles aumentarían los precios al consumidor.

Lo que hace que la encuesta sea especialmente sorprendente es el contexto, ya que el 30% de los estadounidenses cree que sus órdenes ejecutivas se han mantenido dentro de los límites constitucionales.Mientras tanto, la aprobación general de Trump se sitúa en el 46%, lo que supera con creces sus números de primer mandato.

Pero para un presidente que se enorgullece de destrozar los récords de sus predecesores, todavía hay terreno por recorrer, ya que sigue estando 8 puntos por detrás del índice de aprobación de Biden en esta marca, y solo el 36% de los estadounidenses cree que el país va en la dirección correcta.
FUENTE: Comunidades Plus
