Este acontecimiento daña a las plantas de todas las provincias que están en alerta por temperaturas extremas y presenta grandes diferencias con respecto a la helada común.
El frío polar sigue vigente en gran parte de la Argentina, con la zona central y norte del país en alerta roja por temperaturas extremas. Sin embargo, no solo las bajas temperaturas generan preocupación, sino también los fenómenos meteorológicos que las acompañan.
La helada negra, un evento climático que puede tener consecuencias significativas en la vegetación de diversas provincias, se presenta como una amenaza adicional durante este período de frío extremo. Este fenómeno, caracterizado por la congelación de las plantas sin la formación de escarcha visible, puede causar daños severos a los cultivos y afectaciones en la producción agrícola.
La meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Cindy Fernández, explicó en Clarín que “la helada negra ocurre cuando el frío es tan intenso que congela el agua dentro de las células de las plantas. Este proceso rompe las mismas y causa la muerte de la planta, la cual adquiere una coloración oscura, de ahí su nombre. Este tipo de helada es particularmente peligroso porque no forma escarcha visible, lo que significa que las plantas no reciben la protección que normalmente brinda la helada blanca. En cambio, la vegetación queda seca y vulnerable, aumentando el riesgo de incendios”.
Luego la especialista explicó la diferencia con la helada tradicional: “La blanca se produce cuando el aire está muy seco, pero tiene la cantidad de humedad suficiente como para formar escarcha, que da esa sensación de manto blanco. Esa escarcha es buena porque protege las plantas: ayuda a que no mueran porque el cambio de fase del agua genera una liberación de calor, lo que mantiene casi sin cambios la temperatura de la planta, salvo que la escarcha dure muchos días, en cuyo caso moriría”.
Cuáles son las recomendaciones contra la helada negra en este frío polar
- Proteger las raíces de las plantas con una capa de hojas para evitar que el frío penetre en el subsuelo, impidiendo que el agua en los poros se congele. Esto es especialmente útil para árboles y plantas que no están en reposo vegetativo.
- Instalar un sistema de riego que rocíe agua sobre las plantas cuando la temperatura baje de 1ºC. Al congelarse, el agua libera calor latente (80 calorías/gramo), protegiendo las plantas de temperaturas extremadamente bajas y manteniendo los tejidos a 0ºC.
- No arar mucho la tierra en invierno permite que la costra dura que se forma en la superficie actúe como aislante contra el frío.
- Colocar ventiladores para mover el aire y evitar una caída drástica de la temperatura, especialmente en heladas de radiación donde el frío se acumula cerca del suelo.
- Mantente informado sobre las alertas meteorológicas emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para estar preparado ante condiciones de frío extremo.
- Instalar sistemas que proporcionen calor a las plantas durante la noche, como quemadores de diversos combustibles.