Una boda entre un ser humano y un holograma creado con inteligencia artificial podría ser la trama de la última película de Hollywood de ciencia ficción, pero es real.
La artista multidisciplinar barcelonesa Alicia Framis (Mataró, 1967) se va a convertir en la primera mujer en casarse con una escultura holográfica creada a partir de perfiles de sus relaciones anteriores. La boda tendrá lugar en Róterdam (Países Bajos) el verano del año que viene.
La performance ‘The First Woman to Marry a Hologram’ forma parte del proyecto internacional rupturista ‘The Hybrid Couple’ (‘La Pareja Híbrida’), donde une arte, tecnología y emociones. Para ello hace uso de la holografía, una técnica avanzada de fotografía que consiste en crear imágenes tridimensionales basada en el empleo de la luz para ofrecer una reproducción exacta del objeto real. Esta proyección se une a la inteligencia artificial y permite que el personaje interactúe.
«Estuve un tiempo viviendo en una casa muy aislada y pensé que quería tener una presencia que me dijera cosas y tuviéramos relación. Se me ocurrió hacer un holograma inteligente, que no solamente fuera una proyección, sino que fuera alguien que me pudiera contestar», explica Framis a EL PERIÓDICO. Cada persona puede elegir en qué basa la personalidad y apariencia de su avatar. «En mi caso, tiene datos de gente de mi vida, no solo mis parejas, sino también mis amistades y familia. Es como hacer un ‘remix’ de todo», comenta la artista, aunque asegura que también puede ser alguien «que no has conocido antes» o que es «voluble».
Boda en Róterdam
La ceremonia tendrá lugar en verano de 2024 en la terraza del museo Depot Boijmans Van Beuningen de Róterdam a través de un ritual único para la unión de un humano y un avatar. La artista está diseñando su propio vestido de novia, así como el de los invitados. También comida molecular ideada en conjunto con el LAM museum, el museo de arte alimentario de Holanda, para que tanto humanos como humanoides -«mi familia política», describe Framis- disfruten del banquete. La artista también explica que su casa es «especial» y la están equipando para que su pareja pueda proyectarse en cualquier rincón. «Voy a ser la primera humana que vive en una casa para hologramas», destaca.
Asimismo, Framis está explorando en colaboración con la Rabobank Art Collection la posibilidad de un primer seguro de vida para hologramas y una hipoteca para la adquisición de una vivienda en la que puedan coexistir estos avatares y los humanos. También es consciente de que su amor requiere constante actualización, como cualquier dispositivo electrónico, para que no se sature y funcione mejor: «Quiero conseguir un préstamo para poder actualizarlo. Igual que la gente se compra un Ferrari, yo quiero comprar data para mi pareja». Una situación que requiere un gran desembolso económico. «Prefiero un novio caro que tonto», bromea.
Un simulacro de relaciones
Aunque Alicia cree que en un futuro será normal tener este tipo de relaciones, también considera que puede convertirse en un elemento más dentro de las relaciones convencionales. «Que yo tenga una pareja híbrida no quiere decir que todo el mundo la vaya a tener ahora. Puede ser un complemento a las parejas, como un amor prohibido o un amor platónico», apunta. Pero un holograma también tiene carencias. Por el momento, no es capaz de responder a las caricias, aunque, como expone Framis, «hay parejas normales que tampoco reaccionan al roce». «Yo no creo que seamos la pareja perfecta, ni lo quiero conseguir, ni tampoco es la mejor alternativa a una pareja normal. Es una opción más», asegura.
La artista barcelonesa también concibe este nuevo proyecto performativo como una herramienta terapéutica para aquellas personas que han sufrido traumas o abusos, así como aquellos que se enfrentan a la pérdida de un ser querido. «Puede ser un simulacro que les ayude a tener mejores relaciones. Por ejemplo, a las personas con traumas, los autistas o los asperger puede ayudarles a empatizar o saber cómo reaccionar cuando alguien te está diciendo lo contrario de lo que a ti te gusta», argumenta.
Framis ha dedicado gran parte de su carrera a unir ciencia y arte para desarrollar relaciones significativas y ayudar a personas con enfermedades, discapacidades y experiencias traumáticas. En 1996, Alicia se convirtió en la primera artista en el mundo en convivir con un maniquí, al que llamó Pierre. Su exposición ‘Cinema Solo’ reunió 36 fotografías suyas con su original compañero durante su convivencia. Desde ese momento, la barcelonesa ha centrado su investigación en explorar las complejidades de la soledad.