Una empresa comunitaria de Amaicha del Valle produce las variedades malbec y uva criolla y venden sus vinos con el nombre de Sumak Kawsay (Buen Vivir en quichua).
Se caracterizan por usar cepas propias, indígenas, ancestrales, que pasaron de generación en generación en una zona donde hacer vino es muy común.
Inaugurada el 1 de agosto del 2016, tras un cuidadoso proceso iniciado en 2009, la bodega fue pensada como un “emprendimiento colectivo para el desarrollo integral de la actividad vitivinícola que necesitaba una infraestructura adecuada para lograr vinos de alta calidad”, señala Mario Arias, alma mater del proyecto.
No fue fácil, ya que articularon colectivamente un escarpado camino en el que lograron plantar la bodega comunitaria del pueblo indígena amaicha, primera en su tipo en toda Latinoamérica aunque tercera en el mundo, ya que existen otras experiencias de bodegas originarias en Canadá y Australia.