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A 80 años del levantamiento del ghetto de Varsovia: resistencia, dignidad y libertad

Hoy, 19 de abril, se cumple un nuevo aniversario de la rebelión del pueblo judío en Polonia, durante la Segunda Guerra Mundial. Las historias de diferentes personas que resistieron a la atrocidad del régimen nazi representan la lucha por la libertad de toda la humanidad.

Solo dos de muchas más: las historias de Niuta y Emanuel

Niuta Teitelbaum nació en Lodz, Polonia, en 1918. Rubia, de aspecto aniñado y contextura pequeña, era conocida como “Wanda, la de trenzas”. Venía de una familia judía religiosa y, en su tránsito por la escuela secundaria, ingresó a la Federación Izquierdista de Estudiantes y, luego, a la Juventud Comunista. Cuando, en 1939, los nazis invadieron Polonia y dieron comienzo a la Segunda Guerra Mundial, Niuta tenía 21 años.

En 1940, 400.000 judíos fueron enviados al ghetto de Varsovia, el más grande de los centros de encierro que instaló el nazismo en Europa. Dos años después, trasladaron a 265.000 al campo de exterminio de Treblinka y alrededor de 11.000 a campos de trabajo. Mientras luchaban contra las extremas condiciones de vida, el hambre, las enfermedades y el hacinamiento, los rumores sobre lo que sucedía en aquellos lugares no tardaron en llegar. Así, 60 mil personas convivían con la certeza de que su deportación era inevitable y muchas, como Niuta, empezaron a organizarse para desplegar una resistencia armada, comunitaria y cultural.

Durante la ocupación del Ejército alemán en Polonia, Niuta fue parte de los grupos más abnegados y enérgicos de la resistencia. Llevó a la práctica el traslado de combatientes a la guerrilla y obtuvo contactos entre los compañeros que se organizaban fuera del ghetto -en la “zona aria”- y en el bosque. Fue famosa por haber asesinado a sangre fría a funcionarios nazis y agentes de la Gestapo, así como por organizar el ingreso de armas al ghetto. Sus colegas afirmaban que era el alma de la organización. Aprovechando su aspecto inocente, se escabullía del ghetto llevando y trayendo literatura, noticias o instrucciones. Además, creó un destacamento femenino de lucha y espionaje, entre muchas otras acciones combativas. “Soy judía y comunista; mi lugar está entre los combatientes más activos contra el fascismo, en la lucha por el honor de mi pueblo, por la independencia de Polonia y por la libertad de la humanidad toda”, decía la joven.

Niuta sobrevivió al levantamiento del ghetto de Varsovia, pero fue arrestada dos meses después por la Gestapo. La golpearon y torturaron. Sin embargo, nunca dio información de las actividades de la resistencia. Tenía 25 años cuando los nazis la ejecutaron.

Mientras las organizaciones armadas desplegaban sus acciones, el historiador, político y trabajador social, Emanuel Ringelblum, creó la organización secreta Oneg Shabbat. Había sido “reubicado” dentro del ghetto junto a su familia y allí se reunió con escritores, científicos y personas de diferentes ocupaciones. A partir de 1941, tiempo después de la entrada de los nazis en el territorio polaco, más de 60 integrantes de la organización comenzaron a recoger materiales que documentaban las vivencias del pueblo judío durante la ocupación alemana. Durante tres años, recopilaron notas, registros públicos, recortes de prensa, carteles, folletos publicitarios, entradas, invitaciones, cupones para alimentos, correspondencia personal, publicaciones, diarios y propaganda nazi. Cuando el destino de la historia se veía inevitable, enterraron los documentos escritos a mano en tres puntos diferentes del ghetto, en cajas de metal y latas de leche.

El 19 de abril de 1943, después de algunos intentos previos, los nazis decidieron realizar una deportación masiva, con la intención de liquidar el ghetto de Varsovia. Cuando intentaron ingresar, fueron repelidos por las fuerzas de autodefensa, armadas con pistolas, granadas caseras y unas pocas armas automáticas y rifles. Así, sorprendieron a los alemanes en el primer día de lucha, forzando su retirada. Los ataques nazis y la resistencia judía se perpetraron durante 27 días, cuando, finalmente, el Ejército logró entrar. Se calcula que unas 7.000 personas judías fueron asesinadas durante el alzamiento, otras fueron deportadas a Treblinka y ejecutadas en las cámaras de gas o enviadas a campos de trabajos forzados.

Emanuel Ringelblum y su familia huyeron antes del levantamiento y se escondieron en la zona aria. Meses después, fueron descubiertos por los nazis, capturados y fusilados junto a 35 resistentes. La mayoría de integrantes de Oneg Shabbat no sobrevivieron al Holocausto. Quienes sí lo hicieron volvieron una vez finalizada la guerra a buscar los documentos que hoy conforman el “Archivo de Ringelblum”, una de las mayores y más importantes colecciones que registran la vida en esos tiempos. Hasta el momento, sólo se encontraron dos de los tres escondites.

Las historias de Niuta y de Emanuel son algunas de las tantas que recuerda la colectividad en este día,  al cumplirse 80 años del levantamiento del ghetto de Varsovia, un ícono de la resistencia judía que dio inicio a otras rebeliones en ghettos y campos de exterminio.

Por: Redacción La tinta