Era la segunda vez que ella debía ser trasplantada del riñón; y al enterarse, su marido no lo dudó ni un segundo. Hizo el examen de compatibilidad, dio positivo y se preparó para darle una parte de él.
Víctor Arturo Cuello (57) es un sanjuanino que tiene una de las historias de amor más bonitas del mundo. Por un problema de salud, su esposa debía recibir un trasplante de riñón y él fue el compatible perfecto para ser el donante. No dudó ni un segundo en darle una parte de él a la mujer de su vida; pero lo maravilloso es que la cirugía fue un 14 de febrero.
Sonia Edith Hidalgo (52) sufría de una insuficiencia renal y en el año 1989 había sido trasplantada por primera vez. Sin embargo, el malfuncionamiento en los riñones volvió y recientemente tuvo que volver a buscar un donante. Así fue como Víctor se puso a disposición de su esposa y tuvo con ella el gesto de amor más grande.
“En octubre mi mamá comenzó a tener problemas de salud y necesitaba con urgencia el trasplante. Al enterarse de esto, de inmediato mi papá se hizo los estudios de compatibilidad y al resultar positivos, comenzaron a programar la operación, pero fue una casualidad totalmente azarosa la fecha en que finalmente se realizó la cirugía” comentó uno de sus hijos
“Son un matrimonio muy unido, llevan 37 años de casados, tienen dos hijos y cuatro nietos. En este momento ambos están con muy buen estado de ánimo, si bien están en habitaciones separadas, están comunicados por videollamada. Para nuestra familia, este gesto de amor no tiene precio”, enfatizó la sanjuanina.
CÓMO FUE LA CIRUGÍA DEL SANJUANINO QUE LE DONÓ UN RIÑÓN A SU ESPOSA
El doctor Leandro Berenguer contó que la operación se realizó exitosamente el martes 14 de febrero por la mañana en la Clínica El Castaño de Ciudad de San Juan. Allí, el Departamento de Trasplante Renal del centro de salud fue el encargado de realizar ambas cirugías en simultáneo que duraron 4 horas en total.
Ambos se encuentran en excelentes condiciones aunque en habitaciones separadas. Víctor está internado en una habitación común de la clínica, mientras que Sonia permanece monitoreada en una habitación especial para vigilar de cerca su estado general de salud y evaluar cómo responde al trasplante que, por cierto, todo indica que los resultados son los deseados.
El doctor indicó que es la primera vez que Víctor entra a un quirófano; y se sorprendió al ver que ese trasplante que recibió Sonia en el 89´ (cuyo donante fue su hermana), tuvo una duración de más de 33 años, cuando lo normal es que la vida útil del órgano trasplantado no pase los 14.
