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Un excombatiente correntino fue parte de una misión arqueológica en un campo de batalla

Durante tres días, cuatro veteranos de Malvinas compartieron con arqueólogos la tarea de excavar el campo donde se libró la batalla de Pavón, en 1861. 

El correntino, Gustavo Pedemonte, excombatiente de Malvinas, participó de una misión arqueológica en un extenso campo donde se libró la batalla de Pavón el 17 de septiembre de 1861 entre las fuerzas porteñas de Bartolomé Mitre y las de la confederación, al mando de Justo José de Urquiza, que significó la reunificación de un país que estaba partido en dos desde 1853.

Junto a otros tres veteranos de Malvinas, interactuaron desde el pasado martes hasta ayer jueves con un grupo multidisciplinario de arqueólogos, historiadores y especialistas en salud mental -liderados por el doctor en arqueología Juan Baustista Leoni- en el programa llamado “Veteranos de Guerra, Arqueología y Salud Mental”, que apunta a linkear la arqueología con un fin terapéutico para aquellas personas que debieron enfrentar el trauma que significa una guerra.

Se dieron cita en Rueda, un pequeño pueblo en el departamento de Constitución, al sur de la provincia de Santa Fe, donde sus 600 habitantes vieron cómo se trastocaba la tranquilidad pueblerina con el desembarco de la gente que venía de Buenos Aires. El pueblo lleva el nombre de Pedro Rueda, que por años se ocupó de recolectar vestigios de aquel combate.

El coordinador del proyecto es el doctor en arqueología Juan Bautista Leoni; lo acompañan sus colegas los doctores Carlos Landa, Alejandra Raies y Diana Tamburini, arqueóloga organizadora de la campaña; el licenciado Sebastián Ávila es historiador, Laura Bermolen y Gastón Giunta son licenciados en Psicología y Federico Olschansky musicoterapeuta. Ellos están convencidos que habrá un efecto positivo de hombres que vivieron situaciones límites cuando se involucren en prácticas arqueológicas.

Los veteranos Fabián Abraham, Silvio Katz, Jorge Soto y Gustavo Pedemonte,  escucharon una clase teórica de los arqueólogos sobre la batalla, su desarrollo, asistidos por un mapa en el que estaban marcadas las posiciones de los dos ejércitos y sus movimientos. Ahí tomaron conciencia de la magnitud del combate -algunos de ellos lo desconocían y otros tenían lejanas referencias de lo que habían leído en la escuela secundaria- donde entre los 16 mil soldados que se enfrentaron hubo muchos muertos y heridos.

Les explicaron para qué hacer arqueología, que apunta a buscar respuestas sobre dónde fue y cómo se desarrolló esta batalla.

Hace tres años que grupos interdisciplinarios están trabajando en los campos de Pavón. A pocos centímetros se han encontrado balas esféricas disparados por fusiles de avancarga; restos de balas de obuses y partes de uniformes, botones, hebillas. Algunos metales que no se sabe a ciencia cierta su origen se los enviarán al laboratorio para ser analizados.

Recuerdan haber hallado un fusil casi entero, que se salvó de milagro de las máquinas que durante los años aran la tierra.

Se dividieron en grupos armados por los propios veteranos. Provistos de detectores de metales, se encaminaron a revisar una zona, previamente marcada por los arqueólogos. Les explicaron que donde trabajarían era cerca de la entonces estancia Palacio, donde hubo fuertes choques entre la artillería urquicista y la infantería porteña.

El doctor Leoni explicó que se seleccionaron tres sectores con calles señaladas en una dirección cardinal. En la medida que se encontraba un objeto, se marcaba en un mapa el lugar del hallazgo.

El correntino Gustavo Pedemonteestuvo en la compañía B del Regimiento 7, y en Monte Longdon fue herido por una granada.

Contó que su interés en participar no solo obedecía a cuestiones terapéuticas, sino por su inquietud de conocer nuestra historia

Dijo que le impresionó lo que han podido recoger que sirve un poco para entender qué pasó en esa batalla y hasta se imagina a soldados disparándose desde corta distancia y combatiendo cuerpo a cuerpo, a bayoneta calada.  “Me veo yo mismo en ese escenario, asistiendo a heridos, como intenté hacer yo en las islas; es como que todo se repite”,  sostuvo en declaraciones

Sueña que lo que ellos están haciendo en Pavón,  en cincuenta años lo hagan otros pero en Malvinas.  “Esto es muy sanador y reparador», señaló.

El grupo estaba asistido por Laura Bermolen y Gastón Giunta, dos licenciados en psicología, que asisten a veteranos en el Centro de Salud Mental de las Fuerzas Armadas, cuyo director médico es el teniente coronel Martín M. Bourdieu, que combatió en el regimiento 3 como soldado conscripto.

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