El pico podría alcanzar los 5,50 metros en los próximos días, una marca inédita desde que comenzó la bajante extrema hace dos años; sugieren tomar precauciones para navegar
Una fuerte advertencia lanzó hoy el Instituto Nacional del Agua (INA) por el repunte del río Iguazú y las lluvias en la Cuenca Alta en Brasil, con los pronósticos meteorológicos que se mantienen en alerta por la posible persistencia de valores altos de caudales y nuevos pulsos de crecidas.
Según el INA, la onda de crecida del río Paraná se propagará rápidamente por el tramo correntino paraguayo del río. Se espera un pico en Corrientes que podría alcanzar los 5,50 metros entre el martes y miércoles. Si esto ocurre se registraría una marca inédita para el Paraná desde que en 2020 comenzó la bajante extrema e histórica.
Lo propio ocurriría aguas abajo de esa provincia, afectando las costas de Corrientes, Chaco, Santa Fe y hasta Buenos Aires.
La causa de esta impensada crecida es consecuencia de las lluvias significativas en el área de la Cuenca del Plata, consideradas como de “respuesta hidrológica rápida ante eventos intensos”.
Aunque estas condiciones hidrológicas son mejores en relación con aquellas observadas entre 2020 y 2021, los indicadores climáticos aún no permiten establecer hasta cuándo se extenderá el escenario predominante de aguas bajas iniciado hace dos años.
El mes pasado se registraron lluvias importantes sobre la parte no regulada de la Alta Cuenca del Río Paraná en Brasil, que provocó un incremento en el caudal entrante al embalse de Itaipú, llave final del sistema de embalses.
La represa de Itaipú se encuentra muy próxima al ingreso del río Paraná en territorio argentino con lo cual los caudales que distribuye se reflejan inmediatamente en el tramo paraguayo argentino de dicho río.
En las dos primeras semanas de octubre se observaron aportes de toda la alta cuenca, de un total aproximado de 9.000 m3/s, un valor aún inferior a lo normal para esta época del año. Todo puede modificarse porque los pronósticos meteorológicos mantienen la probabilidad de lluvias sobre el área de aporte directo al embalse de Itaipú, el que se encuentra con un nivel próximo al operativo normal.
En Yacyretá
Esta recuperación gradual de caudales, tras los dos últimos años de una sostenida bajante permitió, en las últimas semanas, que la represa de Yacyretá operara con un caudal que se fue aproximando a los valores normales.
Así lo señaló Juan Borús, subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del INA, quien amplió “que la llegada de esta onda de crecida obliga a descargar en los próximos días un caudal del orden de 22.000 m3/s”, levemente superior al promedio de las crecidas de octubre de los últimos 25 años.
En el caso del norte y centro de Santa Fe se advirtió que la crecida impulsada por el caudal del río Iguazú, sobre el tramo agua abajo de Corrientes-Barranqueras, encontrará un valle marcado por la persistente bajante que aún se observa, aclaró el INA.
Se prevé que en su traslado la onda pierda energía lo que producirá la atenuación de los caudales máximos. Además, después de dos años, el valle aluvional, donde descargan los excesos hídricos, está vacío por lo que el llenado de los mismos demandará entre tres y cuatro semanas, tiempo suficiente para que las autoridades provinciales ordenen medidas de resguardo de las poblaciones ribereñas.
Se prevé que en las próximas 48 horas que Yacyretá erogue un caudal de 22.200 m³/s. Ello provocará que el Paraná comenzará a aumentar su caudal en forma sostenida.
En tanto, el río Paraná comienza a influir sobre la provincia de Santa Fe a partir de las mediciones que se realizan en el puerto de Reconquista, en el extremo nordeste. Los informes oficiales alertan que entre mañana y el martes habrá una influencia considerable de un mayor caudal en esa región.