Javier Milei logró una victoria decisiva en las elecciones legislativas de octubre de 2025, fortaleciendo su posición política y ampliando la representación de La Libertad Avanza (LLA) en el Congreso. Con alrededor del 40 % de los votos a nivel nacional, el oficialismo logró imponerse incluso en la provincia de Buenos Aires, un bastión histórico del peronismo, marcando un cambio de tendencia en el mapa político argentino.
El resultado llega en un contexto de alta inflación, inestabilidad financiera y desgaste del sistema político tradicional, factores que transformaron los comicios en un virtual plebiscito sobre la gestión de Milei.
Con los nuevos números, el oficialismo pasará a tener cerca de 100 diputados y un bloque más sólido en el Senado, lo que mejora su capacidad para impulsar leyes y bloquear iniciativas opositoras. Sin embargo, no alcanza la mayoría absoluta, por lo que el gobierno deberá continuar negociando con otros espacios para avanzar con reformas estructurales.
A pesar del triunfo, la elección reflejó un nivel de participación ciudadana inusualmente bajo, el más bajo desde el retorno de la democracia, un dato que varios analistas interpretan como signo de fatiga política odesencanto social.
El desafío para el presidente será ahora sostener el respaldo político en un contexto económico aún frágil. Los mercados reaccionaron positivamente a la victoria, pero persisten las preocupaciones sobre la inflación, el tipo de cambio y la deuda externa.
La elección consolida a Milei como la figura dominante de la política argentina y le otorga un mandato claro para profundizar su agenda liberal. No obstante, los analistas coinciden en que el resultado no equivale a un cheque en blanco: la gobernabilidad dependerá de su capacidad para construir alianzas y mantener cohesión dentro de su propio espacio político.
