El presidente del Instituto de Cultura presentó un balance de gestión al cumplirse un año a cargo del organismo, y destacó que las políticas implementadas alcanzaron a 1 de cada 3 chaqueños.
El presidente del Instituto de Cultura del Chaco, Mario Zorrilla, realizó un balance de gestión al cumplirse un año a cargo del organismo. El informe, presentado, este lunes, en la Casa de las Culturas, consta de las actividades culturales desarrolladas durante el 2024, los resultados, los desafíos enfrentados y las propuestas para el futuro.
Por su parte,la vicepresidente del organismo, Daniela Valdés, consideró fundamental el trabajo de ordenamiento que se realizó durante 2024. «Logramos tener una administración más ordenada y que vaya respondiendo en tiempo y forma a las demandas, lo resolvimos comprometiendo la viabilidad que teníamos; no más de lo que podíamos y gestionando de manera externa fondos para poder realizar otros proyectos que eran mucho más grandes», explicó.
El informe presentado hizo hincapié en tres ejes de trabajo: la mejora de bienes materiales, la conciliación de la identidad cultural y las acciones. Dentro de estos tres ítems se destaca la mejora de los bienes materiales, respecto de las gestiones anteriores, ya que la adecuada distribución de la infraestructura cultural permitió ahorrar en alquileres e invertir ése dinero en reparaciones de espacios y móviles que se encontraban en desuso.
PRIMER EJE DE TRABAJO
Entre los avances más significativos, se destaca la inauguración de una nueva sede administrativa ubicada en la intersección de Marcelo T. de Alvear y Remedios de Escalada. Esta mudanza permitió descongestionar las oficinas de Arturo Illia 245, generando un entorno más adecuado para el trabajo de los equipos. Desde enero de 2024, se realizó un relevamiento exhaustivo de estas instalaciones y comenzaron las intervenciones necesarias para garantizar su conservación y funcionalidad.
Además, se procedió a la cancelación de alquileres de espacios, una medida que reduce los costos mensuales fijos y optimiza los recursos disponibles. «Es un paso hacia una gestión más eficiente, permitiendo que los fondos se destinen a proyectos estratégicos», destacaron desde el organismo.
Además, la reapertura de La Usina Cultural marcó otra acción clave en este proceso. Este espacio, que ahora alberga los departamentos de Lenguajes Artísticos y también funciona como centro cultural, reactivó la Biblioteca Cultural en una ubicación estratégica. «La Usina no solo ofrece servicios, sino que se consolida como un punto de encuentro para los ciudadanos», señalaron.
Otro avance significativo es la finalización de las obras en el Museo de Ciencias Naturales Augusto Schulz. Con la habilitación de un auditorio totalmente equipado y la reapertura de la sala de reserva técnica, este espacio se posiciona como un nuevo punto para el establecimiento de alianzas estratégicas con la comunidad.
La Casa de las Culturas también se encuentra en proceso de transformación. La refuncionalización de su cuarto piso ahora dispone de áreas específicas para la Dirección de Producción, el Departamento de Industrias Culturales y el Departamento de Artesanías, fortaleciendo la operatividad de estas áreas claves.
Por último, se recuperó y puso en funcionamiento el parque automotor de la institución. Los vehículos que habían quedado fuera de servicio por deudas y desperfectos mecánicos fueron reparados, y se incorporó una nueva unidad a la flota. «Con estos avances, logramos optimizar el traslado de equipos, materiales y personal, impactando directamente en nuestras actividades culturales», afirmaron.
