Con más de 6.000 años, forman parte de uno de los conjuntos de cestería prehistórica mejor conservados del mundo.
n la década de 1860 se descubrió un conjunto de objetos prehistóricos realizados con madera, caña y esparto en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol, cerca de la costa de Granada. El hallazgo resultó un hito, pues lo normal es que este tipo de materiales orgánicos no se conserven con el paso del tiempo. Algunas cestas y piezas como unas sandalias recibieron una cronología que las ubicaba en el Neolítico. Sin embargo, un nuevo estudio ha cambiado las fechas unos 2000 años antes, por lo que los artículos fueron elaborados antes de que la agricultura llegara a la península ibérica y esto los convierte en uno de los grupos de cestería más antiguos de Europa.
Objetos que desafían al tiempo
A lo largo de toda la historia, los seres humanos hemos utilizado materias primas orgánicas para fabricar objetos y herramientas utilizadas en nuestro día a día. Algunos materiales como la madera, las fibras vegetales y las pieles han sido esenciales para la creación de artefactos de toda índole. Sabemos que debieron jugar un papel importante durante la prehistoria, pero no podemos estudiarlos en detalle porque su condición perecedera hace muy difícil que se conserven después de tanto tiempo. Es por ello que la mayoría de los materiales que estudiamos de la prehistoria son de carácter más resistente como la cerámica y, sobre todo, los objetos fabricados en piedra. Por ello, cuando se encuentran objetos prehistóricos fabricados con estas materias orgánicas supone una oportunidad clave para “comprender las adaptaciones humanas a los entornos y el conocimiento tecnológico y ecológico del pasado, y proporcionan información sobre la diversidad de necesidades para las que estos materiales han proporcionado una solución”.
Así se explica en un estudio encabezado por Francisco Martínez-Sevilla, del Departamento de Historia y Filosofía en el Área de Prehistoria de la Universidad de Alcalá, cuyos resultados se publicaron en la revista “Science Advances”. Los investigadores han ajustado la cronología de 14 de los artefactos que se encontraron en la Cueva de los Murciélagos e insisten en la importancia de estudiar con atención este tipo de hallazgos:
“La mayor parte del conocimiento actual sobre sociedades pasadas se construye a partir del análisis de materiales duraderos. La información relativa a la artesanía vegetal en la prehistoria es limitada debido a la falta de restos recuperados, pero, al igual que los objetos no perecederos, los artefactos vegetales nos permiten estudiar la etnicidad, las fronteras de la cultura y la identidad, redes comerciales y relaciones humano-ambientales, incluidas la economía, la adaptación y la subsistencia. La artesanía de la cestería se considera un indicador particularmente útil para definir tradiciones tecnológicas y culturales”.
Un yacimiento único en el Viejo Continente
En este sentido destaca la Cueva de los Murciélagos como uno de los yacimientos más importantes del sur de Europa por su excepcional conservación de materiales orgánicos. Los objetos encontrados en este lugar en el contexto de unas actividades mineras durante el siglo XIX han resistido el paso de miles de años gracias a unas condiciones ambientales muy secas, lo cual ha impedido la descomposición que suele afectar a estos materiales normalmente. Según Martínez-Sevilla, esto ha permitido que se descubriera el conjunto de objetos hechos con materiales orgánicos mejor conservados de toda Eurasia. La investigación abarca varios asuntos de interés:
“Presentamos una evaluación cronológica sólida de los artefactos y otros restos arqueológicos para contextualizar nuestros hallazgos y proporcionar una secuencia cronocultural del sitio. Nuestro estudio también incluyó la primera caracterización geológica de la formación de la cueva, explicando la preservación de los materiales perecederos. Analizamos las características tecnológicas y la materia prima de los artefactos de origen vegetal, incluido un conjunto único de cestas, sandalias y objetos de madera. Nuestra investigación reveló que los artefactos vegetales de la Cueva de los Murciélagos fueron producidos tanto en el período Mesolítico como en el Neolítico, proporcionando evidencia de las formas en que estas tecnologías evolucionaron a través del tiempo. También presentamos el conjunto de calzado de origen vegetal más antiguo y diverso documentado en la prehistoria de Europa”.
Los zapatos más antiguos de Europa
La investigación forma parte del proyecto MUTERMUR, que se centra en la Cueva de los Murciélagos y tiene por objetivo principal “revalorizar y visibilizar internacionalmente un yacimiento único a partir de un estudio holístico de su registro material aplicando las últimas técnicas arqueométricas y generando datos científicos de calidad”. Así han corregido un error cronológico que llevaba treinta años vigente y ahora sabemos que algunos materiales eran más antiguos de lo que se pensaba.
Unos cestos conservados en el Museo Arqueológico Nacional han sido revaluados con 9500 años de antigüedad, por lo que fueron confeccionados por alguna sociedad de cazadores-recolectores. Otros objetos, como un mazo de madera y unas sandalias de esparto se fabricaron hace entre 7200 y 6200 años, por lo que habría que asociarlos con las primeras comunidades agrícolas y ganaderas del sur de Europa. Estas sandalias, cuya conservación bien permitiría calzarlas ahora mismo, suponen el calzado más antiguo de Europa descubierto hasta la fecha.